El MANN-FILTER Casablanca cosechó en el Eduardo Lastrada su primera victoria de la temporada ante el IDK Gipuzkoa. Las vascas, que llegaban con Erika De Souza lista para debutar, no pudieron sobreponerse al cuadro local que cimentó la victoria desde la defensa.
Con la necesidad de estrenar el casillero de victorias en ambos conjuntos, el encuentro comenzó con nervios e imprecisiones. Nada que no se pudiera esperar. Bajo marcador (13-13), una Vega Gimeno acertada y el inicio de una titánica lucha bajo los aros entre Merritt Hempe y las interiores de IDK Gipuzkoa.
En el segundo periodo, el partido fue inclinándose hacia el lado de Fabián Téllez. Sin embargo, no fue ni instantáneo ni sencillo. El quinteto conformado por Irene Lahuerta, Zoe Hernández, Cierra Dillard, Vega Gimeno y Merritt Hempe parecía funcionar e IDK comenzó a sufrir. Las canteranas aportaron frescura, siendo posiblemente el mejor partido de Hernández en Liga Femenina, y el público comenzó a divertirse mientras Edwards continuaba sosteniendo a su equipo (32-28).
El guion no pareció cambiar en fase ofensiva tras el descanso, pues Vega Gimeno, Merritt Hempe, Zoe Hernández e Irene Lahuerta mantuvieron su ritmo y acierto, pero las zaragozanas se transformaron atrás. IDK tan solo consiguió anotar 9 puntos en 10 minutos, de los cuales 7 fueron obra de una Edwards que ya se encontraba en completa soledad ante el muro maño, y el MANN-FILTER Casablanca se marchó al último periodo con un positivo 50-37.
Con las vascas fuera del encuentro, más en cuanto a sensaciones que por la desventaja que anunciaba el marcador, las luces se apagaron en ataque también para el conjunto local. Casi 3 minutos tardaron los espectadores en ver una canasta y más de 7 fueron los que necesitó el MANN-FILTER para mover ese 50 del marcador. Sin embargo, el trabajo atrás fue casi impecable. Ayudas, intensidad y buenas lecturas defensivas acompañadas del desacierto rival de cara al aro, así forjaron las zaragozanas su primera victoria en la Liga Femenina Endesa (57-48). Un paso adelante en la clasificación en un día para el recuerdo de Alejandra Mastral (2003), aquella niña que pasaba la mopa hace no tanto en el pabellón y soñaba con jugar en el primer equipo, tras debutar en la máxima categoría del baloncesto nacional.