Nueva salida del MANN-FILTER Casablanca en la Liga Femenina Endesa 2019-2020. En esta ocasión, un fuerte Araski esperaba en su feudo con ganas de terminar de hacerse con el billete para la Copa de la Reina. Un sueño que había ganado fuerza en las jugadoras zaragozanas tras la victoria ante Ensino.
El duelo comenzó igualado. Mientras las zaragozanas buscaban balones interiores tras salir a pista con Hempe y Diallo, Araski hacía lo propio con Tamara Seda. A su vez, Kamile Nacickaite y Tania Pérez sumaban desde la línea exterior. Un guion que era acompañado por el marcador, ya que ambos mostraban una igualdad absoluta (15-15).
Los dos equipos continuaron con el intercambio de golpes en el segundo periodo, pero la aparición de Vega Gimeno en la anotación, concedía a MANN-FILTER Casablanca una ligera ventaja antes de llegar al ecuador del encuentro (29-33).
El partido cambió por completo tras el descanso. No solo lo que sucedía en la pista, sino también todo lo que la rodeaba. El ambiente, las sensaciones, la temperatura. Parecía otro encuentro. Araski puso la velocidad de crucero de la mano de una excepcional María Asurmendi y Tania Pérez continuó sumando como lo había hecho en los dos primeros periodos. El público se enganchó al partido y el parcial de 25-10 parecía encarrilar el encuentro. No solo por los 11 puntos de ventaja de las locales (54-43), también por el feeling transmitido por ambos conjuntos en pista.
Sin embargo, con el apoyo de la afición desplazada a Vitoria, el grupo de Fabián Téllez quiso tener voz y voto en los últimos minutos del encuentro. Cuando parecía KO, el MANN-FILTER mostró hasta el último ápice de su orgullo. Inmersas en una fiesta vitoriana, las visitantes se pusieron el mono de trabajo y lucieron una gran versión colectiva. Mientras Irene Lahuerta lucía atrás (5 robos), las canastas se repartían entre Diallo, Simon, Vega o la propia Irene. Un esfuerzo que les permitió reducir la desventaja hasta colocarse a 2 puntos, pero un triple de María Asurmendi a falta de un minuto para el final, decidía un encuentro lleno de tensión (65-60) y desataba la locura en Mendizorrotza.